

Serra Gelada, uno de los lugares más singulares en cuanto a sierras litorales valencianas se refiere, se encuentra entre las bahías de Altea y Benidorm. Un ecosistema de increíble valor ecológico y ambiental, declarado Parque Natural Marítimo-Terrestre.

¿Estás pensando dónde viajar este verano? ¿Te apetece disfrutar de unos días de playa dorándote al sol? ¡En Abahana Villas tenemos la solución! Visita nuestra maravillosa y encantadora Costa Blanca.

¿Se acercan las vacaciones de junio y todavía no sabes qué hacer? Aprovecha para visitar las maravillosas vistas de la Costa Blanca. Tendrás tiempo para disfrutar de sus impactantes vistas desde el mar, así como desde la montaña.

Refugio de pintores, músicos y artistas, Altea es un lugar que fascina. Sus empinadas callejuelas, los increíbles miradores -en los que las puestas de sol se convierten en un auténtico espectáculo de luz.

Esta preciosa cala alteana, de aguas transparentes y un entorno inigualable se encuentra en las lindes del término municipal de Altea, concretamente entre la Punta del Mascarat y Sierra de Bérnia.

Se trata de uno de los templos religiosos más llamativos del bohemio pueblo de Altea. La originalidad y distinción viene dada por su colorida cúpula construida con singulares tejas azules que se ha ido ganando el aprecio de sus habitantes y miles de turistas que la visitan.

Una de las playas de Altea de mayor longitud en su tramos costero. Aguas limpias y cristalinas que harán disfrutar de una agradable día de playa y refrescante baño con vistas al omnipresente Peñón de Ifach de Calpe.

Podría decirse que se trata de un paraíso kilométrico, no es por nada que se decanta como la favorita de la gente local. Podría decirse que se trata de un paraíso kilométrico

Una playa justo al lado del pueblo y recorriendo en paralelo un estupendo paseo marítimo repleto de buenos restaurante y heladerías.

Ubicada a las afueras del centro de Altea, formando una especie de pequeña bahía, junto al Puerto Deportivo Marina Greenwich, encontramos la Playa de La Barreta.
¿Qué hacer en Altea?

Abahana Villas - Vista del pueblo y puerto de Altea.

Abahana Villas - Atardecer en la bahía de Altea.

Abahana Villas - Restaurantes en la plaza de la iglesia de Altea.

Turismo Altea - Calle del casco antiguo de Altea.

Turismo Altea - Serra Gelada desde el paseo marítimo de Altea.

Abahana Villas - Pintor en Altea.

Abahana Villas - Concierto de música en la plaza de Altea.

Abahana Villas - Fiestas de cabezudos en Altea.

Abahana Villas - Interior de la iglesia de Altea.

Abahana Villas - Playa de la Roda de Altea.

Turismo Altea - Sierra de Bérnia vista desde Altea.

Turismo Altea - Vista de la costa de Altea.

Turismo Altea - Vistas nocturnas del pueblo.
La bohemia mediterránea
Recogida en una bahía, abrazada por el mar y la montaña, Altea desliza sus blancas casas por la pendiente, hasta llegar a la orilla. En el horizonte, omnipresentes, los refulgentes azul cobalto y blanco de las llamadas Cúpulas del Mediterráneo de su iglesia parroquial, Nª Sra. del Consuelo. Y en la calle, en cualquier rincón, siempre el arte. En estado puro: pictórico, escultórico, o en las más variadas manifestaciones artesanales; una parte más de su vida diaria. Sin duda, Altea bien merece el apelativo de la bohemia mediterránea.
Y es que el visitante de Altea percibe su ambiente artístico en cuanto pisa su casco antiguo, declarado recientemente Bien de Interés Cultural. Aquí y allá pueden admirarse murales pintados en las fachadas de algunas casas –como los de las calles Salamanca o Sant Miquel- firmados por artistas que llegaron en los 60 y en los 70 buscando en este pueblito mediterráneo un refugio y una fuente de inspiración. La luz levantina, el azul del cielo, la alegría de los amaneceres… Artistas como Alberto Romero, Gilmartín, Polin Laporta o Marc Abel fueron creando una sólida comunidad artística. Con los años, se les unieron otros creadores alteanos, que hoy día dirigen varias galerías y estudios de arte.
Si verdaderamente quieres captar el ambiente bohemio de Altea, no dejes de curiosear por sus salas. Nombres como La Casa del Pájaro, Palau Altea o Kramer Gallery han sabido hacerse un hueco en el panorama artístico regional. Además, los estudios de Luis Frutos, Juan Durá, Mariano Mancheño, Miquel Zaragoza u Óscar Carballo congregan a numerosos coleccionistas de arte, muchos de ellos turistas extranjeros.
No obstante, y sin necesidad de invertir demasiado, siempre podrás llevarte a casa algún detalle "made in Altea". Tenderetes y tiendas de artesanía salpican por doquier las agradables calles: bisutería, chales, sombreros y camisetas pintadas a mano, colonias, productos aromáticos… Creatividad, independencia y originalidad; los sellos alteanos.
Además, el ambiente agradable y animado de las calles invita a hacer una parada los restaurantes del centro, o simplemente a tomar una cerveza o una horchata bien frías al caer la tarde, especialmente en las terrazas de la calle San Pedro o de la Plaza de la Iglesia. Esta última siempre ofrece un ambiente especial, íntimo y romántico, con luz de velas y farolillos; música tranquila y excelentes platos mediterráneos, como las cocas o los erizos de mar.
Alma de marinero
¿Quieres un plan auténtico, fuera de los circuitos turísticos habituales? Enrólate en un barco de pesca tradicional, para poder vivir las artes marineras y apreciar el duro trabajo de los pescadores. El ayuntamiento facilita salidas en seis embarcaciones que practican el enmalle y la extracción de pulpos con los tradicionales "cadufos" o alcatruces, unos cilindros –antiguamente eran de barro- que se depositan en el lecho marino a modo de palangre de fondo.
Pero si te gusta pisar tierra firme, descansa y toma el sol en las playas de Altea, casi todas rocosas o de grava, pero de aguas muy limpias. La de La Roda, la más céntrica, es la que cuenta con más servicios (tiendas, restaurantes y cómodos accesos), como garantiza su Bandera Azul. Por su parte, la Playa de Mascarat y las calas de La Barreta y La Solsida, poco masificadas y de aguas llamativamente transparentes, invitan al baño y al paseo.
Por otro lado, la Playa de La Olla se sitúa entre el Portet de L'Olla y Villa Gadea; justo enfrente de ella emergen dos pequeñas islas: L'Illeta y L'Illot, a las que algunos bañistas tratan de arribar alquilando catamaranes o tablas de surf. Esta tranquila playa es el escenario de un espectáculo único en la noche de sábado más cercana a la festividad de San Lorenzo, a mediados de agosto, cuando se concentran cientos de personas para contemplar los juegos de pirotecnia y música.
No olvides, si buscas una opción naturista, que Altea cuenta con una playa de este tipo, la de Galera-Solsida, de bolos y roca, ubicada en un lugar discreto y de difícil acceso, tras el Puerto Mar y Montaña, en la Urbanización Galera del Mar. Es pequeña, pero la limpieza de sus aguas y lo discreto de su ubicación te encantarán.