El Peñón de Ifach es un enorme promontorio de roca caliza que se levanta en la costa de la Marina Alta, junto a Calpe, y que alberga uno de los Parques Naturales más impresionantes del litoral mediterráneo.
Abahana Villas - Vista aérea del Peñón de Ifach en Calpe.
El Peñon de Ifach se erige con orgullo sobre el mar para convertirse en todo un símbolo de la belleza y variedad incomparable de la Costa Blanca.
Fotógrafos, poetas, pintores o escritores… el Peñón de Ifach ya era en el siglo XVI objeto de inspiración entre artistas, quienes lo describían “como un velero unido a la tierra por su popa”, en palabras del escritor y político Pascual Madoz.
Punto de encuentro para escaladores y submarinistas de todo el mundo, el Peñón de Ifach sirvió en su momento como modelo para la triangulación de España, dadas las características físicas de su vértice geodésico. Un balcón privilegiado que destaca por la riqueza florística y la avifauna que alberga en su interior, y que le confiere el poder de lucir con orgullo el título de ser uno de los parques naturales más visitados de la Comunidad Valenciana. ¡No te decepcionará!
Subir al Peñón de Ifach es una experiencia que nadie debería perderse. Un desafío constante a la naturaleza por sus paredes y profundidades; su altura de 332 metros no debería ser un obstáculo para conseguir el trofeo final que supone llegar a su cima: unas vistas indescriptibles de la bahía de Calpe y, en días claros, de la isla de Formentera y el Cabo de Santa Pola… ¡No te olvides la cámara de fotos!
Aunque la subida al Peñón de Ifach presenta algunos tramos de mayor complicación que otros, lo cierto es que dispone de un sendero de piedra fabricada sobre el que se puede ascender sin problema con niños, amigos e incluso, nuestra mascota. Una vez superado este primer tramo, las vistas ya invitan a pensar en la maravillosa estampa que podemos encontrar una vez lleguemos a la cima. El camino a partir de este punto se ciñe más angosto, ya que hay que cruzar una cueva.
Una buena mochila con agua y comida - vale la pena almorzar y sentarse un buen rato a admirar el paisaje desde la cumbre- y un calzado fuerte y cómodo, serán tus mejores aliados para conseguir contemplar una de las grandes bellezas naturales de la Costa Blanca.
No obstante, existen caminos alternativos para conseguir llegar a la preciada cima, por lo que si planeas una excursión con niños, existen aulas de naturaleza y recorridos guiados que harán mucho más sencillo el ascenso en familia.
Además, es un momento genial para que los niños vivan de primera mano una auténtica lección de naturaleza, ya que posee una gran riqueza de flora y fauna: gaviotas patiamarillas, matorral termomediterráneo, espino negro, e incluso, plantas cuyas raíces crecen en el material de relleno de las grietas de la roca… ¡Increíble!
| Tipo | PARQUE NATURAL / RUTA |
Viñedos que crecen sin riego artificial, en suelos arenosos o calcáreos que generan vinos vibrantes. La humedad de la noche y las brisas del día protegen sus cepas en equilibrio. Una viticultura orgánica rodeada de almendros y olivos, un ecosistema vivo.
Tres castillos imprescindibles en la Costa Blanca La Costa Blanca no solo es sinónimo de playas y calas idílicas; también guarda entre sus colinas y ciudades una historia fascinante. Tres castillos destacan como joyas arquitectónicas y culturales: el Castillo de Santa Bárbara en Alicante, la Atalaya de Villena y el Castillo de Dénia. Cada uno pertenece a una ruta diferente y narra un capítulo único del pasado de la región.
Agost es mucho más que un pueblo de la Costa Blanca; es un rincón donde el arte y la tradición cobran vida. En sus calles, el sonido del torno alfarero y el olor del barro cocido cuentan historias de generaciones dedicadas a transformar la tierra en auténticas joyas artesanales. Aquí, el visitante no solo observa, sino que se sumerge en una experiencia única: desde admirar piezas de diseño contemporáneo hasta vivir la emoción de crear su propia obra en talleres guiados por maestros alfareros. Agost te invita a soñar, a conectar con lo esencial y a llevarte a casa un pedazo de su alma.
