El arroz de conejo y caracoles del Vinalopó es una oda a la autenticidad. Cada detalle, desde el fuego de sarmiento hasta la calidad de los ingredientes, lo convierte en una experiencia única. Ferran Adrià tenía razón: este plato es una obra maestra que todo amante de la gastronomía debe probar.
Alfonso Mira- Arroz de Vinalopó con conejo y caracoles.
En el corazón de Alicante, el arroz de conejo y caracoles es mucho más que un plato: es un ritual que reúne a familias, un homenaje a los productos locales y un ejemplo vivo de cómo la sencillez puede ser extraordinaria.
Su excelencia ha sido reconocida incluso por Ferran Adrià, quien lo destaca como un emblema de la cocina tradicional española.
La preparación de este arroz comienza con un detalle que lo diferencia de otros: el uso del sarmiento, los restos de las viñas tras la poda. Estas ramas no solo aportan un calor constante al fuego, sino que también impregnan el arroz con un aroma ahumado sutil que es característico de esta región.
El arroz se cocina en paellera, siguiendo un proceso medido al milímetro. Primero se sofríen los ingredientes principales: el conejo de caza, que aporta intensidad al guiso, y los caracoles recolectados tras las lluvias, cuyo sabor terroso equilibra el conjunto. A esto se le suman ingredientes sencillos pero esenciales, como el tomate maduro rallado, el ajo, el pimiento seco y el azafrán. El caldo, elaborado con huesos y hierbas autóctonas, se incorpora poco a poco para garantizar que cada grano absorba todo el sabor.
Si hay un lugar donde este plato alcanza su máxima expresión, es en el Restaurante Alfonso Mira, en Aspe. Reconocido por su dedicación a la cocina tradicional alicantina, este restaurante combina técnicas heredadas con un toque de refinamiento contemporáneo.
Aquí, el arroz de conejo y caracoles se cocina siempre sobre fuego de leña, como manda la tradición, y se sirve con una costra dorada que es el sueño de cualquier amante de la buena mesa. Además, Alfonso Mira destaca por su carta de vinos, perfecta para maridar este plato con caldos locales del Vinalopó.
El arroz de conejo y caracoles del Vinalopó es una oda a la autenticidad. Cada detalle, desde el fuego de sarmiento hasta la calidad de los ingredientes, lo convierte en una experiencia única. Ferran Adrià tenía razón: este plato es una obra maestra que todo amante de la gastronomía debe probar.
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